Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2018

El silencio de mi mirada.

Y me dijeron "nada más, solo eso" y yo quise más, ¿ambiciosa? Puede que sí, pero también vivo lo que siento, vivo el día a día, y que me acabases gustando no fue más que un error de cálculo, ya tenía el resultado y aún así quise cambiar los factores, por sí quizás cambiaba lo que ya estaba predestinado. No es tu culpa, para nada, me pusistes los límites y a claro no te gano nadie, pero yo no fui capaz de encerrar lo que sentia en esos muros, solo gritaban y yo, no iba a dejarlos mudos. A veces me arrepiento de no haberte dicho como me sentía, pero pienso que quizás fue mejor así, solo por disfrutarte un poquito más, un beso más, para luego alejarme yo, tomar 7la iniciativa yo de curarme, de salir de donde no iba a ser lo que yo quería que fuese.  Ahora tú por ahí, y yo por aquí, ambos por allá y por acá, me quedo con los besos, los cristales empañados y las risas de más. Irrepetibles pero reconfortantes si me acuerdo de ellos.

Quiere, pero bien.

Que complicado hacemos el amor, enredamos lo que no se enredaría al natural, y queremos deshacer lo imposible, con lo fácil que es fluir. Sí, fluir, eso es lo que se siente al querer de verdad, sientes como flotas cuando esa persona te acompaña, y cuando no, también flotas, fluyen separados y juntos, cerca y lejos, crecen a la vez y una de tus mayores alegrías empieza a convertirse en  que la otra persona también consiga sus metas, impulsas y dejas libre a la vez, quieres libre, sin atar, entiendes lo que es sanar con amor, caricias y con palabras apropiadas consigues erizar la piel, pasar por tus dedos y mojar tus huellas de amor sin olvidar que siempre hay forma de perder las maneras, y que con esa persona las perderías todas.  Pero enredamos, preferimos no fluir, preferimos medir que y por qué hacerlo, y no dar sin más, temiendo un "soy idiota" o "se han reído de mi", sin pensar que estamos siendo nosotros y de la otra manera solo cohibimos lo que sent