Lo reconozco, no soy fácil de llevar, hoy puedes pensar que me importas y mañana no te hablo, salgo de fiesta 3 días seguidos o me veo una serie de 8 temporadas sin salir de mi casa, del fuego al hielo, del calor al frío. Soy cambiante, me gusta vivir los dos extremos, pero sólo porque hago todo lo que me gusta. Es muy difícil amarrarme, soy un alma libre que puede pasarse dos semanas de borrachera con sus amigos, pero también amo quedarme contigo abrazada en una cama, agarrarte de la mano caminando o mirarte a los ojos y saber que te echaría un polvo ahí mismo. Voy y vengo, me pierdo y me encuentro a la vez, siempre siendo yo, con una sonrisa o derramando una lágrima. Quizás lo mejor es decir un lo siento, sincero, pues quien le toque en la otra parte de mi vida tendrá que vivir en una duda constante, al menos que sea capaz de despejar todas mis dudas, y equilibre mi vida con un "te quiero" que recoja todos mis miedos y calme mis aguas.